Carta al hombre que hace feliz a mi esposa.

Revisando mi archivo, encontré esta carta que alguna vez pensé enviarle al amante de Andrea. Me agrada ver cómo algunas cosas han evolucionado, como cambié el lenguaje y mi comportamiento a través de los años, pero sin perder la esencia de lo que disfrutamos como pareja.



23 de marzo de 2013

Querido y respetado amigo:

Me dirijo a usted con la mayor consideración, consciente del rol que cada uno ocupa en esta dinámica tan especial que hemos decidido explorar. Mi deseo más profundo es facilitarles la vida a ambos, a mi esposa y a usted, y para ello estoy dispuesto a asumir los sacrificios que sean necesarios. Entiendo que convertirme en un compañero sumiso y complaciente requiere esfuerzo y disciplina, y acepto que este camino puede implicar momentos de humillación. Le invito, con todo respeto, a que no se sienta incómodo por ello y a que tome el lugar que le corresponde en esta relación, disfrutando plenamente de este juego de roles que hemos acordado. Por mi parte, me siento feliz y tranquilo al saber que ella podrá realizarse sexualmente y experimentar una libertad que valoro profundamente.

Quiero que comprenda cuánto significa ella para mí. No es una persona cualquiera; es alguien a quien amo con todo mi corazón y con quien he decidido construir una relación estable. Aunque mi papel sea humilde, mi intención es seguir siendo su compañero, amarla y recibir su amor a mi manera. Reconozco su superioridad en este ámbito y siempre lo haré, agradeciéndole el placer que usted le brinda, un placer que yo no estoy en condiciones de ofrecerle. Sé que esta situación puede ser nueva para usted, y por eso me he permitido escribirle estas líneas, con algunas ideas que podrían ayudarnos a que esta relación funcione y perdure en armonía.

Permítame compartir algunas reflexiones que he considerado:

  • En esta dinámica, ella ocupa el lugar más importante, y usted está a su mismo nivel. Después vienen sus amigos, los de ella y los demás. Yo, por mi parte, me sitúo en el último escalón, aceptando mi lugar con humildad.
  • El respeto hacia ella es la base de todo, y eso es innegociable. Sin embargo, entiendo que no están obligados a tenerme el mismo grado de consideración.
  • Si lo desea, puede darme instrucciones directamente o a través de ella. Le sugiero consultarlo con ella antes, para asegurarse de que esté de acuerdo.
  • Le animo a proponerle a ella explorar su sexualidad sin límites, confiando en que ambos disfrutarán plenamente. Soy consciente de mis propias limitaciones en este aspecto.
  • Si lo considera oportuno, podría invitar a un amigo o amiga a unirse al grupo, siempre dejando que ella tenga la última palabra.
  • Me alegraría saber que ella encuentra en usted una fuente constante de placer, que la haga sentirse viva y deseada.
  • Si lo cree conveniente, podría establecer condiciones sobre mi relación física con ella, como limitarla o definir horarios. Entiendo que solo puede haber un hombre en su plenitud en esta casa.
  • Para que ella siempre esté radiante y disponible para usted, estaría dispuesto a encargarme de todas las tareas domésticas, asegurándome de que tenga tiempo libre y luzca impecable.
  • Entre esas tareas, incluiría con gusto lavar y planchar su ropa, como parte de mi contribución.
  • Me parecería adecuado que usted tuviera una copia de las llaves de nuestro hogar, para que pueda visitarla cuando desee y quedarse el tiempo que considere.
  • Le invito a que salgan a disfrutar de una noche de fiesta o incluso a viajar juntos, si así lo deciden
  • Mientras ustedes se concentran en disfrutar el uno del otro, yo podría ocuparme de detalles como traerles algo de beber, preparar lo necesario o asistirles en lo que requieran.
  • Estaría dispuesto a llevar un registro de nuestras experiencias, escribiéndolas en un blog para que queden como recuerdo de este camino que recorremos.
  • Ese blog podría compartirse con amigos cercanos, siempre preservando nuestra privacidad y la de todos los involucrados.
  • Si salen juntos, podría servirles como chofer, hacerme cargo de las cuentas y esperar pacientemente afuera o en silencio, según lo prefieran.
  • Quiero que entienda que esto es un estilo de vida que hemos elegido libremente. Aunque no sea común, es significativo para nosotros como pareja y lo asumimos con compromiso.
  • Por último, he leído que una práctica que refuerza esta dinámica es el llamado ritual del macho dominante, donde yo limpiaría con mi lengua los restos de su placer. Si lo consideran apropiado, estaría dispuesto a que esto se convirtiera en una constante.

Le agradezco de antemano por leer estas palabras y por el respeto que sé que tendrá hacia ella. Mi único deseo es que ambos encuentren felicidad y plenitud en esta experiencia, y estoy aquí para apoyarlos en lo que necesiten.

Con todo mi respeto,

Daniel


Publicar un comentario

0 Comentarios