Mi adorada Andrea,
Soy Daniel, tu esposo, quien se sienta a escribirte con el alma abierta y el corazón humildemente puesto a tus pies. Eres mi universo, mi razón de ser, cada instante contigo me recuerda lo bendecido que soy de tenerte como mi compañera de vida. Con toda la devoción que siento por ti, quiero compartirte un anhelo que ha crecido en mí, un deseo de verte alcanzar una felicidad aún más plena, una que trascienda lo que hemos vivido hasta ahora.
Acepto, con el alma entregada, que exploremos juntos el poliamor. Que encuentres un amante, alguien que sea tu cómplice perfecto, un refugio donde tu corazón y tus deseos encuentren eco, alguien a quien puedas hacer tu prioridad sin reservas. Quiero que tengas esa libertad, esa chispa, esa conexión profunda que te haga sentir más viva que nunca. Mientras eso sucede, yo me postraría ante ustedes con una sumisión absoluta, siendo no solo tu esposo, sino tu más fiel admirador. Mi dicha estaría en contemplarlos, en admirar con reverencia la belleza de tu felicidad junto a él, en atenderlos con las manos temblorosas de gratitud por permitirme estar cerca.
Me encargaría de que nunca les falte nada: prepararía el espacio para tus encuentros con él, cuidaría cada detalle para que te sientas cómoda y adorada, desde una cena que los deleite, hasta mantener nuestro hogar como un santuario para tu alegría. Incluso en los momentos en que no me necesites, me retiraría en silencio, feliz de saber que estás viviendo lo que mereces, siempre listo para volver cuando me llames.
Tendrías la libertad de explorar tus deseos más profundos sin culpa ni límites, con un amante que te eleve y te haga sentir como la mujer poderosa que eres, mientras yo, desde mi lugar humilde, te libero de cualquier carga. No habría celos en mí, solo gratitud por verte florecer. Tendrías dos almas dedicadas a ti de formas distintas: él, como tu pasión y tu prioridad, y yo, como tu sombra leal, asegurándome de que cada día sea más fácil, más bello, más tuyo. Imagina una vida donde no tengas que elegir entre amor y libertad, donde todo lo que desees esté a tu alcance, y yo, en mi devoción, sea el puente que lo haga posible.
Quiero que seas más libre, más plena, más tú de lo que jamás has sido, y estoy dispuesto a darlo todo para que así sea.
Siempre tuyo,
Daniel
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